Ciudad de la Investigación, Universidad de Costa Rica

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que estas a cuales desplegaban estas virtudes para el bien común. En otras palabras, se esperaba que las mujeres se portaran como madres de la nación. 166 Aun en países con divisiones políticas muy hondas, los liberales y los conservadores estaban de acuerdo en que el papel social de la mujer era ser una madre republicana167 y, por ello, las escuelas enseñaron el nuevo concepto de maternidad republicana. 168 En Colombia, un periódico conservador acusó a las mujeres políticamente activas asociadas con el partido liberal de cometer más crímenes que los bandidos y de depravar su misión angelical de la paz y la caridad. 169 Es claro mujeres no alcanzaron la expectativa de la maternidad republicana. Asimismo, durante este periodo, las autoridades chilenas empezaron a preocuparse de la vagancia en la población femenina; las vagas se conceptualizaron como solteras, ebrias e inmorales. 170 Dentro estos conceptos novedosos, la nación debía ser un espacio de moralidad dentro del cual las mujeres tenían que estar a la altura de la reciente expectativa de la maternidad republicana. No obstante, sus derechos no fueron expandidos en el nuevo sistema como sí ocurrió con los de los hombres. Al no poder reclamar la ciudadanía 71, ellas recurrían al lenguaje de la domesticidad cuando exigían sus derechos como madres en la corte. diferencia de los hombres, quienes tenían la posibilidad de demandar sus derechos como ciudadanos con el servicio militar o el ser buen trabajador, estos sentidos eran cerrados para las mujeres. Ni su trabajo ni su servicio a la nación fueron valorados por los nuevos gobiernos. 172 173 a pesar de estos obstáculos, las mujeres de la élite siguieron sus esfuerzos por asegurar una participación en el proceso político. Cuando actuaban dentro de sus responsabilidades tradicionales, como las obras de caridad, la organización de celebraciones religiosas y su asociación con la enseñanza y las escuelas, se toleraban estos proyectos de las damas conservadoras. 174 En un patrón muy similar a las reacciones durante las guerras de independencia, los hombres insultaban a las mujeres (especialmente si pertenecían al partido opuesto) llamándolas viejas, feas y excesivamente piadosas. 175 El consenso social era que, cuando las mujeres salían de sus recintos domésticos para participar en materias políticas, ellas estaban expuestas a peligros e influencias nefastas que podían perjudicar a sus niños inocentes. Por ello, si se atrevían a asumir estos papeles, las acusaban de irracionales. 176 pesar de sus contribuciones y el gran valor que se le atribuía a la maternidad republicana, su supuesta falta de racionalidad era un obstáculo para su acceso a la ciudadanía.
a 166 Chambers, From Subjects to Citizens, 200.
167 Sanders, Mob of Women. 72.
168 Chambers, From Subjects to Citizens, 201.
169 Sanders, Mob of Women. 70.
170 Claudia Araya Ibacache, La Construcción de una imagen femenina a través del discurso medico ilustrado. Chile en el siglo XIX. Revista Historia 39, no. (enero junio, 2006. 9.
171 Chambers, From Subjects to Citizens, 204.
172 Chambers, From Subjects to Citizens, 205 y 206; Sanders, Mob of Women. 76.
173 Chambers, From Subjects to Citizens, 207.
174 Sanders, Mob of Women. 66.
175 Sanders, Mob of Women.
176 Sanders, Mob of Women. 69. 35 Ciclos de violencia y género: los momentos de conflicto en.
Sonya Lipsett Rivera