las guerras y las revoluciones definen la fisionomía del siglo XX y han sobrevivido sus justificaciones ideológicas. Valeria Grinberg ubica: El documental de Moncada entre una tendencia documentalista en América Latina que abarca la subjetividad individual relacionada a lo nacional. Palabras mágicas (2012)
utiliza el cine para indagar en el pasado desde una subjetividad herida. Moncada nos habla de una traición colectiva a Nicaragua de la que ella también fue víctima. 121 Los eventos de abril de 2018 son un corolario a la visión de una historia que siempre da vuelta como serpiente que se muerde la cola, historia de violencia que gobierna absolutamente y ante la cual Moncada no quiere hacer silencio.
Mis dos observaciones primarias sobre esta filmografía, lugar de memoria de la generación de Moncada sobre la revolución, son: primero, la diferencia entre criticar la política de los grupos de derecha, que es lo que hacen las cineastas de Guatemala y El Salvador, y criticar las de un gobierno que se dice de izquierda. La segunda, es la basurización de lo social mediante la metáfora que organiza la narrativa fílmica que es la del basurero La Chureca, lugar al que vuelve el film con una reiteración obsesiva. Lo que está en juego es un examen de lo político que desvela la basurización de la nación, tal como lo vemos en sus tropos articulatorios. El primero, el lago, para Grinberg, una manera de sostener la alegoría de la historia estancada de Nicaragua. 122 La segunda basurización es el muestreo de los barrios más pobres donde habita una juventud drogada. Dándole a lo nacional y político un giro medioambientalista, Jarred List asegura que: Si Moncada argumenta, a través del simbolismo, que las situaciones políticas del siglo XX y XXI son perniciosas para el pueblo nicaragüense, también plantea que el medio ambiente sufre de ellas. La orquestación de imágenes de un medio ambiente amenazado por la contaminación y el descuido. viene a simbolizar la desintegración del compromiso social y político bajo un sistema de desigualdad, represión y violencia. El paisaje relata el dolor y trauma del somocismo, la guerra civil y los problemas sociales bajo Ortega. Tiene las cicatrices de la guerra inscritas en su cuerpo. Es marginada y relegada a un escenario que sirve el beneficio de los seres humanos. Al mismo tiempo, la tierra es como el yo. Es decir, no hay distinción entre la naturaleza y el ser humano; es una extensión del yo. Moncada hace equivalente el medio ambiente al ser humano a través del símbolo del agua. El agua es vida. De este modo, el paisaje es el ojo que observa, que llora, que entrecierra, que parpadea, que guiña, que se enferma. 123 La tercera basurización es la de la gente en la figura de los piedreros. decir de Grinberg: 121 Grinberg, Interpelaciones al sandinismo. 550.
122 Grinberg, Interpelaciones al sandinismo. 545.
123 List, Terrenos revolucionarios. 7. 82 Colección Avances de Investigación CIHAC. CALAS.
Volumen