Ciudad de la Investigación, Universidad de Costa Rica

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Ronaldo Munck movimiento para la renovación artística. Ha tratado de ser prácticamente una filosofía (1982, 115. Marinetti finalmente abandonó el futuro comunista que una vez imaginó para abrazar el fascismo. Para Mariátegui, los temas de la cultura siempre fueron políticos y él fue un precursor de la política cultural en ese sentido. Su compromiso con los escritores y artistas de la década de 1920 muestra la amplia gama de sus intereses en política y cultura, que van desde Maxim Gorki y Anatole Lunacharsky, Leon Trotsky y George Grosz hasta Bernard Shaw y James Joyce, y todos ellos escribieron con gran perspicacia para una audiencia peruana.
Cuando Mariátegui regresó a Perú en 1923, se involucró con la política cultural de una manera muy diferente en comparación con su período anterior a Europa. Comenzó una revisión crítica sistemática de la literatura peruana y lanzó la influyente revista político cultural Amauta. Aquí, el experimentalismo de vanguardia se casó con un compromiso continuo con la política de la cultura peruana, entre otras, las diversas corrientes indigenistas. Escritores y poetas desde una amplia variedad de perspectivas contribuyeron a Amauta pero, para Mariátegui, el propósito era claramente parte de una política cultural consciente, orientada a construir una contrahegemonía en Perú, incluso si él no usó el término de Gramsci. Un aspecto particular y altamente revelador del compromiso de Mariátegui con la cultura popular fue su actitud hacia la religión que, básicamente, escandalizó a los marxistas tradicionalmente ateos. En sus Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana fue más allá de su anterior y cautelosa crítica del anticlericalismo como una desviación burguesa liberal para argumentar que estaba mal predicar contra la religiosidad. Hoy en día sabemos más sobre la religión. sabemos que una revolución siempre es religiosa. poco importa que los soviéticos escribieran en su propaganda que la religión es el opio de las masas. El comunismo es esencialmente religioso (1979, 140. De los muchos compromisos culturales que Mariátegui tuvo en la década de 1920 en Perú y en América Latina, en términos más generales, el que se destacó fue en relación con la lucha entre cosmopolitas y nativistas. Mariátegui se involucró en una de sus manifestaciones en Argentina, a saber, el debate en torno a la revista literaria Martín Fierro (que lleva el nombre de la epopeya gaucha nacional del mismo título. que atrajo a colaboradores como Jorge Luis Borges y Leopoldo Lugones entre 1924 y 1927. Escribiendo en 1927 Mariátegui notó un poco de entusiasmo en la revista en comparación con la valiente nota que puso al principio siguiendo una necesidad espiritual del antiguo orden económico y político de repudiar la iconoclasia del pasado en nombre de una sumisión reverente a la presente (1980, 115. 280