Derribamiento de estatuas y crisis del imaginario nacional y Nariño) y a jóvenes no identificados. En declaraciones hechas a periodistas de esos medios, así como en comunicados y mensajes difundidos en las redes sociales, varios indígenas aprueban el derribamiento de esas estatuas y explican los significados de la acción.
El primero de estos significados, presente en la mayoría de esas declaraciones, se refiere al cuestionamiento de la memoria nacional establecida que confiere a tales monumentos el significado de referentes culturales exclusivos o dominantes de la nacionalidad colombiana; en su vertiente positiva, el acto de echar abajo las estatuas de los invasores es presentado como una exigencia de reconocimiento público de la memoria indígena de la invasión. Así, luego del primer derribamiento de la estatua de Belalcázar en Popayán el 16 de septiembre de 2020, un comunicado del movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente (AISO. citado por el diario El Espectador, señala que los indígenas de ese movimiento² tienen un compromiso frente a la memoria colectiva de nuestra sangre, razón por la cual estamos convocados a reescribir la historia (17 de septiembre de 2020, énfasis del autor. En el mismo sentido se expresan líderes de otras organizaciones y pueblos indígenas: la abogada wayúu Marta Peralta Epieyú, presidenta nacional del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS, creado en 2013. señala en un trino que el derribamiento de la estatua por los Misak es su forma de reivindicar la memoria de ancestros asesinados y esclavizados por las élites (El Espectador, 17 de septiembre de 2020. el senador del mismo Movimiento político Feliciano Valencia, del pueblo nasa, declara que tumbar una estatua es descolonizar el pensamiento y reconstruir la historia desde nuestros ancestros y desde la verdad (ídem. Comentando el derribamiento de la estatua de Belalcázar en Cali, Edgar Alberto Velasco Tumilla, activista misak y secretario de AISO, caracteriza la movilización indígena como un acto de reivindicación de la memoria histórica del cacique Petecuy que fue asesinado por. el genocida de Sebastián de Belalcázar que lo acabamos de tumbar acá en Cali. así como de la Compuesto principalmente por grupos Misak, Nasa, Pijao y Pasto.
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