las multitudes de las revueltas están hechas de fracciones de identidad desensambladas, a veces complementarias y a veces antagónicas, cuyas líneas de juntura o división se alteran según cómo se mueve el conflicto al exterior de la comunidad insurrecta pero, también, al interior de cada nosotras nosotros.
Si las identidades que componen el pueblo no son identidades previamente constituidas sino identidades que se autoconstituyen según el ritmo impredecible de las convergencias pero también de las divergencias entre intereses, voluntades, pulsiones y deseos, esto significa que pueblo nunca va a ser la representación dada de un todo. La izquierda más clásica, que reconoce como pueblo solo a aquellas identidades movilizadas que luchan desde abajo contra la dominación capitalista, no se muestra dispuesta a reconocer que lo popular se constituye de una incómoda mezcla que va desde los sublevamientos revolucionarios hasta los microfascismos de la vida cotidiana utilizados a su favor por los movimientos de derecha y ultraderecha que recurren hoy a la emoNELLY RICHARD 44