Claudia Briones producción y presentación de resultados (Briones, Cañuqueo, Kropff y Leumán, 2007b. Otra experiencia explícitamente comprometida con un co laborar centrado en una producción horizontal de conocimientos se pudo ir gestando a la luz de dos procesos convergentes. Por un lado, fuimos conformando un equipo de trabajo, el GEAPRONA (Grupo de Estudios en Aboriginalidad, Provincias y Nación. donde buena parte de los integrantes venía realizando trabajos de campo en provincias patagónicas con el pueblo mapuche tewelche mediante proyectos financiados por el sistema nacional de ciencia y tecnología. Por el otro, individualmente o en conjunto, veníamos respondiendo a demandas de realizar investigaciones de archivo o etnográficas puntuales para dar apoyatura a diversos conflictos, mayormente de tierras. Buscando optimizar esta colaboración, a principios de 2005, se planteó la posibilidad de presentar un proyecto de transferencia para realizar talleres donde compartir técnicas antropológicas e históricas de investigación, de manera que integrantes de organizaciones y comunidades pudiesen encarar las investigaciones que necesitasen, a la par de ir produciendo un corpus autónomo de conocimientos. Los integrantes del GEAPRONA también acompañarían los trabajos de campo o archivo que cada participante necesitase realizar, aunque con una agenda propia: la de realizar al final de la experiencia un taller de evaluación para discutir los alcances y limitaciones de las técnicas de investigación social y poner a prueba y tensar aprendizajes mutuos en y a través de una práctica intercultural. Fue sobre esta Aunque este es otro tema que requeriría ser tratado por sí mismo, adelantaría brevemente aquí que, ante la estrategia de entextualizar los diálogos para visibilizar acuerdos parciales y divergencias, uno de los pares externos solicitó que reescribiésemos el artículo para que fuese más claro y contundente. Su propuesta era que el antropólogo (a quien masculinizó, a pesar de que el único autor varón era quien menor escolarización tenía de los cuatro) plantease su argumento y, en todo caso, citase a quienes daban opiniones (no expertas) a favor o en contrario de ellos. Nos negamos, claro está, pero dos de los autores nos abandonaron en la tarea de reescribir el manuscrito para dar más sustento a la estrategia analítica, pues sostuvieron que eso ya era un problema de y entre antropólogos, y que no los motivaba por ende trabajar del mismo modo en que lo habíamos hecho antes.
78