Ciudad de la Investigación, Universidad de Costa Rica

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El espacio editorial y la construcción autoral. Enrique Krauze como figura intelectual, autor y editor Montero Palma (2006) y también Claudio Lomnitz (1997) en su reseña publicada a raíz de la publicación de la traducción al inglés de la Biografía del poder, Krauze presenta una visión de la historia atada a los grandes personajes. Montero Palma considera que su historiografía es más descriptiva que analítica, con una narrativa que se nutre de lo literario para ilustrar el trasfondo social y político de México. Por ejemplo, el autor utiliza la narración ficcional por parte de los mismos personajes afiados, mediante diálogos en donde los sonajes narrarían los acontecimientos o sus impresiones. Este acercamiento a los personajes para presentarlos como hombres de carne y hueso contradice la versión académica, ya que fetichiza personajes y los descontextualiza, contribuyendo a la conformación de un mito nacionalista (Lomnitz, 1997. Otro problema que se le achaca a la historia de Krauze es la utilización no rigurosa y aleatoria de las fuentes: el historiador recoge e integra datos y relatos y simultáneamente urde su interpretación histórica en la que se advierte una cierta proclividad hacia la invención (Montero Palma, 2006: 175. Enrique era Doctor en Historia, pero era claro que la academia hacía otro tipo de libros, y Krauze rompió con ese esquema y desde ahí se dio también un divorcio con la historia académica, que lo vieron con un recelo extraordinario: No trae aparato crítico, no hizo investigación de fuentes. realmente todo giraba en torno de este fulano vende dos millones de ejemplares (Fernando García Ramírez, comunicación personal, 2017. La transcripción de diálogos con información cruzada, no siempre indizada por su falta de rigurosidad de fuentes, no solo fue criticada por la no adecuación a los cánones de las ciencias. Esta estrategia le permitió al autor, además, retratar sus propios juicios sobre los personajes y situaciones, solapados detrás de un relato histórico que se presenta como verdadero. Por añadidura, el uso de fuentes académicas aceptadas por la comunidad historiográfica es un recurso al que Krauze acude para legitimar el relato, aunque sean utilizadas solo para parafrasear descripciones. En este sentido, según Montero Palma, Krauze se monta en lo dicho por otros autores reconocidos en función de sus propósitos, anulando la discusión y aprovechando lo extraído como sinónimo de autoridad (Montero Palma, 2006: 179. Este tipo de estrategia discursiva tiene consecuencias en el plano político, ya que la historiografía de Krauze apela a la cosmovisión liberal de la historia mexicana desde una posición teleológica. Lomnitz resume al proyecto de Krauze como su disputa por presentar la historia de México como la historia de la lucha por la democracia.
Así, reproduce la historia oficial del México mestizo, ubicando a la rev ución como un período más que tendería hacia la democracia 85