Ciudad de la Investigación, Universidad de Costa Rica

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del bodyhaking y particularmente del trabajo de los grinder. Así, el biohacker perfectamente puede hackear el código de una semilla para hacerla resistente a condiciones climáticas desfavorables, pero también puede ser el bodyhacker que se implanta un dispositivo que lee y trasmite sus datos biomédicos o el grinder que trabaja sobre su propio cuerpo para hacer brillar sus extremidades o aspirar a convertirse en 100 artificial.
Ahora bien, en este tipo de trabajos resulta fundamental el conocimiento del funcionamiento de los códigos de la vida, pero también de los elementos propios de la tecnología. Un conocimiento que se ubica en el marco de la apuesta por una ciencia libre y por la soberanía de la propia corporalidad, en la que se pase tanto por el saber sobre los sistemas del cuerpo, como por el aprendizaje sobre los riesgos y beneficios de las máquinas, chips y dispositivos que se van a instalar. El grinder, de este modo, se mueve entre técnicas médicas y de la propia digitalización, combinándolas para pensar en diversas maneras de intervenir el cuerpo para hacerlo tanto más fuerte y mejorado como distinto. Es así mismo, un trabajo de conocimiento de las interacciones con otros sistemas vivos y la búsqueda de nuevas fuentes de inspiración y transformación que van desde el uso de Clorina E6 para ver por algunas horas en la oscuridad, hasta la búsqueda de generar energía a partir de la sangre u horadar en los sentidos de los animales la información para un nuevo hack. En todos los casos la vida y el cuerpo están compuestos por datos, elementos susceptibles de combinación y experimentación y, al mismo tiempo, la ciencia que se requiere para intervenirlos ha de poder ser realizada fuera de los límites y prácticas propias del laboratorio y la ciencia cerrada. El grinder actúa en su sótano con materiales fabricados por su ingenio y con la tarea siempre fresca de ir más allá de lo que aparentemente puede su cuerpo bajo el dominio de la biología.
Por ello, como se hizo visible en la conferencia BDYHAX celebrada en Texas en 2019, o en el Grindfest que se celebra anualmente en California, lo que aparecen son diversos grupos de sujetos que trabajan en la modificación de sus cuerpos no bajo los esquemas de las ciencias clásicas, sino en un trabajo de biología, tecnología y algunos dirían ética DIY, esto es, la posibilidad de hacerlo uno mismo, con lo disponible o lo que se puede fabricar en casa y al alcance de la mano. Así, en ambos espacios de encuentro, no solamente aparecieron todo tipo de modificaciones ya realizadas (como los más de diez implantes en algunos participantes. sino también voluntarios y entusiastas con la intención de ofrecerse para nuevas modificaciones y experimentaciones de interacción entre corporalidades y tecnologías, en las que los límites usuales de los cuerpos se rompen con la inserción de chips, el trabajo con dispositivos biométricos o los procesos de mejoramiento cognitivo con la clara intención del mejoramiento.
Biopragmática: la cuestión de la vida en la relación cuerpo. texto. tecnología 83