Ciudad de la Investigación, Universidad de Costa Rica

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Esteban Rodríguez Alzueta absolutamente positivo del funcionamiento social, cuyo papel está previsto en la estrategia general de la sociedad. Todo dispositivo legislativo ha reservado espacios protegidos y provechosos en los que la ley puede ser violada, otros donde puede ser ignorada, y finalmente otros donde las infracciones son sancionadas. En el límite la ley no está hecha para impedir tal o cual tipo de comportamiento, sino para diferenciar las maneras de eludir la propia ley. pone el ejemplo del comercio de drogas: El tráfico de drogas se despliega sobre una suerte de tablero, con casillas controladas y casillas libres prohibidas, casillas toleradas, casillas permitidas a unos y prohibidas a otros. Sólo los pequeños peones se colocan y mantienen en las casilleras peligrosas. Las grandes tienen vía libre (Droit, 2008, 54 55. En fin, el ilegalismo no es un accidente, una imperfección más o menos inevitable. Es un elemento absolutamente positivo de funcionamiento social cuyo papel está previsto en la estrategia general de la sociedad. Todo dispositivo ha organizado espacios protegidos y aprovechables en los que la ley puede ser violada, otros en los que puede ser ignorada y otros, en fin, en los que las infracciones se sancionan. En último término diría que la ley no está hecha para impedir tal o cual tipo de compo tamiento sino para diferenciar las maneras de sortearla. Foucault, 1990a, 87)
Solo una ficción semejante, garantizada por el propio estado de derecho, puede hacer creer que las leyes están hechas para ser respetadas, que los tribunales y organismos de control están destinados a hacerlas respetar. Las empresas contratan los servicios de importantes bufetes para ponerse al margen de la legalidad, mientras nos hacen creer que se encuentran en la legalidad. Esos quebrantamientos no serán percibidos por el resto de los mortales como infracciones a la ley. Dirán que se trata de preservar sus ganancias para mantenerse por encima de la línea de flote y no dejar más gente en la calle, o que buscan preservarse de los regímenes fiscales abusivos o expropiatorios, o peor aún, dirán que tuvieron que hacerlo porque no había seguridad jurídica para preservar sus negocios.
De modo que no sólo participan los funcionarios del estado creando condiciones para la valorización criminal. Son impensables los delitos económicos sin la participación activa de otras profesiones liberales como la abogacía y los contadores públicos. La confidencialidad profesional entre abogados y sus clientes, y la contabilidad creativa para dibujar los números se utilizan para lavar dinero y evadir impuestos a través de complejas redes de transacciones entre empresas fantasmas cuyo principal objetivo es esconder el dinero negro o sucio.
Puede ser que la Argentina sea un país al margen de la ley (Nino, 1992. pero no es menos ilegal que los Estados Unidos, Francia, Brasil, 90