Ciudad de la Investigación, Universidad de Costa Rica

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Horacio González Formas ostensibles de esa combinatoria, recorrieron las décadas de 1920 y 1930 de la política alemana, y emergieron bajo el atavío ominoso del nazismo. Otras formas dieron origen al pensamiento gramsciano bajo una aguda discusión sobre el concepto de representación y voluntad colectiva, sobre el sentido común y el mito activista del Príncipe. En un sentido totalmente contrario, el mito pensado por el teórico del nazismo Alfred Rosemberg (El mito del siglo XX, 1930. tenía un sustrato racial (la Blutswille, la voluntad de sangre) y debía ser una experiencia vívida encarnada en fuerzas formativas, ligadas a tipos solares de los que excluye a los judíos, meros hombres de una universalidad abstracta. En estos términos, son notables las diferencias con la herencia soreliana en la interpretación del mito que es productivo, dramático, social, pura dialéctica paralizada, pues se trata de poner la crisis de la razón y de la idea racional del tiempo al servicio de las energías colapsantes de la revolución social.
Pero antes de que los cazadores de perlas emerjan del buceo más profundo con la daga entre los dientes, concluyendo que todos los pensamientos sobre el mito político pertenecen a la misma saga de las derechas redentistas e irracionalistas, sean gramscianos, sorelianos, visitantes inauditos de la ensayística del peruano Mariátegui o del argentino Cooke, remitiéndose irremediablemente todos a los mitos de la voluntad de sangre. debemos señalar que nos parece que toda la discusión de este siglo que ya concluye, puede pensarse como un debate en torno del mito: sus potencialidades, sus capacidades diferentes de impulsar una actividad social, de llevar a una develación o, en caso contrario, a una recaída en la fabulación yerma, despótica y exterminadora de lo humano. Si optáramos por descartar el mito como una figura disonante del conocer, que le pone a la práctica humana los inadecuados añadidos de la mixtificación y la quimera, no podríamos alcanzar el verdadero corazón de las luchas sociales de esta época 68