Ciudad de la Investigación, Universidad de Costa Rica

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66 DOSIER INTERdisciplina Volumen número 15 mayo agosto 2018 DOI: http: dx. doi. org 10. 22201 ceiich. 24485705e. 2018. 15. 63841 colombiana, la violencia adquirió nuevas formas producto de la creciente diversificación social que trajo consigo el avance de la industrialización. Dentro de la historiografía colombiana, este periodo, comprendido entre 1940 y 1960 aproximadamente, ha sido denominado La Violencia debido al reconocimiento de una confrontación mucho más evidente entre las clases dominadas (sociedad civil, obreros y, sobre todo, campesinos) y las diferentes fracciones de la clase dominante. Aunque en este conflicto, la guerra misma, su conducción en el plano militar, la hizo el pueblo y principalmente el campesinado (Sánchez 2015, 18. disputando, en principio, su representatividad partidista en el aparato estatal. Destaca pues, el carácter insurgente que tomó el conflicto y, sobre todo, su esencia agraria que contrastaba fuertemente con el predominio industrial que experimentó la economía colombiana durante ese periodo. Por lo demás, consideramos que en esta contradicción, escasamente reconocida, es posible encontrar algunas pistas para interpretar los vínculos entre la lucha de clases de la que da cuenta la periodización de la llamada Violencia y las formas, los medios y los efectos producidos por el cambio del patrón con el que se reprodujo el capital en Colombia en ese momento.
Al respecto, Ruy Mauro Marini (1973) señala que la industrialización latinoamericana da cuenta de una nueva jerarquización de la economía mundial capitalista, basada en la redefinición de una división internacional del trabajo en la que, producto del progreso técnico, las etapas inferiores de la producción fueron transferidas a las periferias en condiciones de mayor explotación, tanto en términos de intensificación y de elevación de la productividad del trabajo, como de la tendencia a remunerar al trabajador en proporción inferior a su valor real, lo que permitió que la acumulación dependiera en lo fundamental más del aumento de la masa de valor y por ende de plusvalía que de la cuota de plusvalía. pues el hecho de que las mercancías producidas estuvieran destinadas a realizarse en el mercado mundial, terminó por separar al interior de las economías el aparato productivo de las necesidades de consumo de masas (Marini 1973, 72. De modo que el auge industrial en la región implicó la agudización de las relaciones de dependencia frente al capitalismo central, bajo modalidades nuevas, vinculadas con la reducción de las importaciones de bienes de consumo y su reemplazo por materias primas, productos semielaborados y maquinaria destinados a la industria (Marini 1973, 66. es decir, por la importación de capital para ramas, en su mayoría, productoras de bienes suntuarios (tanto manufactureros como agroindustriales. Sin embargo, debido a que en algún momento ello supuso serios problemas para la realización del volumen creciente de mercancías, mediante el intervencionismo estatal y la inflación, verificados como tendencias generales en Latinoamérica, se dio un acercamiento relativo y corto de las capas inferiores naciona